viernes, 24 de abril de 2020

Viviendo el Yoga: Cómo ha cambiado mi práctica y en que me ha ayudado en estos años


Hace unos años que no os hacía una entrada de la sección "Viviendo el Yoga", donde os cuento cosas sobre mi práctica, por qué empecé a hacer yoga, cómo me está ayudando. Y para poneros en situación, en otras entradas os contaba que mi acercamiento real al yoga fue porque estuve muy malita y quería recuperar mi fuerza, mi salud y aumentar la musculatura un poco, además de olvidar todo lo malo, relajarme, liberarme de la ansiedad, etc.

Han pasado años, y han ocurrido muchas cosas, según los médicos mi salud es impecable, tengo unas defensas fuertes, y cuando me hacen análisis todo está fenomenal, lo único raro es que tengo el colesterol bajo, pero claro, me cuido muchísimo. Lo único negativo es que tengo ciertos problemillas de carácter genético, una cardiopatía que me impide hacer ejercicio de alto impacto, intolerancia al gluten, y unas rachas de fatiga muy grandes que me vienen, que al final una doctora en medicina interna me dijo que es fatiga crónica. 

¿Y cómo se trata la fatiga crónica? pues aunque os parezca raro, haciendo ejercicio, para no estar todo el día muerta de cansancio, débil y malita, tengo que hacer ejercicio, pero que no sea de alto impacto. Con lo cual, aunque sabemos que el yoga no es un deporte, sino una disciplina para el desarrollo personal que implica trabajar con cuerpo, mente y espíritu, en la parte de "cuerpo" una de las cosas que hacemos es ejercitamos en una especie de meditación postural que son los asanas.

Este es el resumen, yo estoy muy, muy bien, porque me estoy cuidando mucho, descanso si me encuentro cansada, o si hago demasiado ejercicio me da fiebre unos días, así que modero mis clases de yoga y no hago esfuerzos grandes, y así puedo vivir de una manera más sana, y tener el aspecto saludable que muchos de vosotros me decís cuando veis mis fotos de las tardes en las que hago yoga. Efectivamente, yo misma veo las fotos antiguas, y me impresiona ver cómo estaba tan delgada, y ahora con la misma ropa, se me ve musculatura y mucho más volumen, y peso exactamente lo mismo, todo eso lo ha hecho el yoga.

Habiendo hablado ya del tema peliagudo de la salud y la fatiga crónica, os repito que me siento bien, y vamos a hablar de cómo ha cambiado mi práctica desde hace unos dos años que escribí la última de estas entradas. En 2018 practicaba solo hatha yoga y de una forma menos constante, porque es realmente frustrante hacer ejercicio y luego pasar tres días en cama con fiebre si te pasas un poco, o si intentas alguna otra variante de yoga más intensa. Había momentos en los que no tenía mucho tiempo para nada (yo hiperactiva y creativa siempre con proyectos y sacando cosas adelante, sigo igual) y lo dejaba unos meses, también en los momentos en los que estaba criando a todos los cachorritos, que ahora son cinco peluditos ya más mayorcitos, dejaba el yoga porque no me podía separar de ellos. Por lo que estaba enamorada del yoga, pero no tenía tanta constancia.

Actualmente practico Hatha Yoga, pero también practico Vinyasa y Vinyasa Flow (teniendo mucho cuidado, y parándome a descansar lo que me haga falta entre vinyasa y vinyasa, para que mi cuerpo se recupere y no tenga problemas). También otro cambio es que para no parar tanto, debido al cansancio, practico Yin yoga (me tiene maravillada), y yoga restaurativo. Obviamente, aunque yo aprendí con Hatha, y la formación de profesora de yoga que hice es de Hatha, mi intención es hacer Vinyasa yoga, que es una maravilla. Ha habido momentos en los que me venía a abajo un montón, porque al ser spoonie, y tener tan poca energía, no podía hacer las clases de vinyasa yoga, hasta que yo y mi cabeza dura entendimos que tengo que ir más lento que otros, tener más paciencia, y que llegaré a la meta quizás en un tiempo más largo que el que necesitan otras personas, pero de esta forma, he conseguido hacer muchas sesiones de Vinyasa sin enfermar. 

¿En qué me ha ayudado el yoga estos años? Para empezar a tener más volumen al desarrollar la musculatura (veo mi espalda y flipo, creo que voy camino de parecer otra vez una jugadora de baloncesto, porque aunque sea delgada yo si desarrollo la musculatura); he podido aumentar mi fuerza física; tenía dolores de espalda que han desaparecido por completo y que si en algún momento vuelven a aparecer, hago una pequeña sesión de asanas para la espalda alta y se me quitan; ya no tengo ansiedad desde hace mucho (que me seguís preguntando por eso muchísimo); soy una persona que le doy mil vueltas a todo, y con el yoga además vació mi mente totalmente de tonterías; no tengo tanto cansancio, me siento ligera, me siento siempre feliz y con una sonrisa, y tantas cosas. Cuando alguien te dice "el yoga te cambia", es verdad, no os están mintiendo. 

Y durante la cuarentena me he animado a poner muchas fotos de mí haciendo yoga en mi cuenta de Instagram, ya que lo que me está ayudando a mí a pasar la cuarentena con más estabilidad emocional, más calmada, y a dormir mejor, es el yoga. 

Y ese es el estado actual de mi práctica de yoga. Espero que esta entrada os haya gustado y os haya entretenido. Gracias por leerme. 
Es un texto original de Isabel Galiot, todos los derechos reservados.  

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