Viviendo el Yoga #01: practicar yoga con problemas de salud y baja tolerancia al ejercicio

Llevo unos meses haciendo yoga, y está siendo una experiencia maravillosa, y se me ha ocurrido la idea de ir haciendo entradas sobre mi evolución con el yoga. También quería hablaros de cómo me está beneficiando el yoga al ser una persona con ciertos problemas de salud, ya que no tolero bien el ejercicio físico, pero por alguna misteriosa razón, el yoga si lo tolero.

Para empezar quiero hablaros de algo muy personal, ya que estas entradas son en forma de diario: estos últimos años han sido bastante duros para mí por temas de salud, problemas serios, de corazón y epilepsia, pero además tengo ese gran problema de fondo que me hace estar siempre cansada, que me hace enfermar cuando trato de hacer cualquier tipo de ejercicio, he probado de todo, andar, aerobox, ejercicios de fitness, running, etc, pero como mucho aguanto dos semanas y me pongo muy malita, y realmente a ningún médico le  importa, o simplemente es que no saben que es y se hacen los suecos, y llevo toda mi vida acudiendo al médico por esto. Y estos últimos años fue duro porque tuve que dejar incluso mi trabajo debido a esta debilidad, día a día lucho con esto, sin saber que es, sin saber que tengo que hacer, sin saber si lo que hago me hará bien o mal, simplemente con la fe personal de que llevar una vida sana e intentar hacer algo de ejercicio me hará estar más sana y conseguirá que esté algo más fuerte o quizás impida que pierda absolutamente toda mi fuerza, ya que “tú eres la única persona que va a mirar por ti”.

Así que en el arduo camino de intentar estar fuerte y sana, y llevar una vida normal, he intentado toda clase de ejercicios, pero lo único que me ha venido bien fue EL YOGA, una  de las grandes maravillas que inventó el ser humano.

¿Cómo se me ocurrió hacer yoga?

Hace algunos años, hará ya unos ocho o puede que más, estuve haciendo yoga, ya que una tarde que estaba haciendo zapping, apareció en uno de aquellos antiguos y cutres canales donde salían tarotistas, un instructor de México llamado AlejandroMaldonado, en un programa de la cadena Televisa, captó mi atención inmediatamente, con todo lo que decía y por como hablaba, y cómo invitaba a quienes estaban en casa a ponerse a hacer yoga, ¡ya!, y me puse en el suelo e hice yoga por primera vez en mi vida. Empecé a practicar a diario. Luego comencé a trabajar y no tenía tiempo para nada y lo dejé.

Hace unos meses, estaba desesperada, porque quería hacer algún tipo de ejercicio, pero nada me sienta bien, y en una conversación con un grupo de amigos por Whatsapp, uno de ellos nos dijo que iba a empezar a hacer yoga, y se me encendió la bombilla, completamente, mi cabeza voló a aquellos días haciendo yoga hace tantos años y pensé “y no me hacía daño, no me cansaba, no enfermaba”. Rápidamente busqué algún libro para aprender en serio, y encontré “Mi diario de Yoga”, de Xuan Lan, también compré la esterilla de yoga, cuando recibí el libro comencé a practicar a diario, y me sentía tan bien, no solo no empeoraba sino que aunque me sentía cansada al terminar, volvía a tener fuerzas después, para hacer más cosas, no me lo podía creer.

Además del libro, veo varios canales en youtube para saber cómo hacer bien las posturas más difíciles, y sus variantes más fáciles, sobre todo en las invertidas. Veo sobre todo los canales de Xuan Lan, y de MalovaElena.

Conforme los entrenamientos han ido haciéndose más duros, sí que noto el cansancio, pero puedo continuar en los días próximos, no me agota hasta el punto de estar un mes sin fuerzas.

Este pequeño periodo de más de un mes ha sido genial, he aprendido mucho sobre yoga, pero también sobre mí. Por ejemplo, cuando ves los asanas que irás haciendo conforme pasan las semanas, piensas que algunos te saldrán perfectamente y luego piensas que otros no podrás hacerlos (sobre todo las posturas invertidas), y luego es al revés.

Hubo un día en que no tuve fuerzas y me sentí muy mal, porque no fui capaz de hacer las secuencias como otros días, ese día me sentí bastante deprimida, porque pensé “otra vez lo mismo, me quedo sin fuerzas”, pero no me rendí y al día siguiente continué, y la postura que tanto me costó el día anterior, ese día me salió perfectamente, no os podéis imaginar mi felicidad. Aprendí qué cada día el cuerpo puede reaccionar de distinta manera, y aprendí que si un día algo no me sale, no pasa nada, mañana saldrá, porque te vas fortaleciendo, además aprendo rápidamente.

También me he dado cuenta de que he perdido muchísima flexibilidad en estos años, y posturas que antes podía hacer, ahora me cuestan mucho. Mi espalda está poco flexible, pero mis piernas son bastante flexibles.

Las posturas que más me gustan son: Ado mukha svanasana, virabhadrasana I y II, utthita trikonasana, utthita parsvakonasana, eka pada rajakapotasana, prasarita padottanasana.

Imágenes recogidas de Google.

Las posturas que más me cuestan en ese momento son: Ardha chandrasana, vasisthasana,  y virabhadrasana III.

Imágenes recogidas de Google.

Sé que a muchos no les gusta que cuente cosas tan personales, pero todo forma parte de mi empeño de poder ayudar a personas que estén pasando por lo mismo que yo, sí el yoga a mí me ayuda, a ellos también.

No he puesto muchas fotos porque no he ido haciendo, solo dos.

Espero que os haya gustado esta entrada y nos leemos en la próxima.