martes, 5 de abril de 2022

Yoga para las enfermedades invisibles (fatiga crónica)

Con frecuencia hablo de este tema en este blog, y hoy quería decir algunas palabras de nuevo para recomendar el yoga a todas las personas que padezcan algún tipo de "enfermedad invisible", lo que puede comprender un gran arco de problemas genéticos, o enfermedades autoinmunes y enfermedades neurológicas o neuromusculares. Lo que a menudo llamo "la gran pandemia de nuestra época". Siempre recomiendo el yoga, para todas estas dolencias o para cualquier tipo de dolencia que os provoque fatiga, cansancio o intolerancia al ejercicio o al esfuerzo.

Cómo siempre os hablo desde la experiencia, porque me doy cuenta de que me leen personas con experiencias similares, además, muchos yogis de hoy en día somos también "exploradores del yoga", ya que en nuestros días el ser humano tiene nuevas necesidades, que no existían antes, y yo estudio el yoga como: 1. Yogi, 2. Persona con formación como profesora de yoga, 3. Persona que está recorriendo el camino de las enfermedades invisibles:

Llevan estudiándome desde 2014 por tener precisamente "fatiga crónica", lo que para muchos médicos es un etiqueta que puede esconder muchas enfermedades invisibles detrás, durante esta casi década de tiempo, han pensado que tengo esclerosis, enfermedad mitocondrial, fibromialgia, enfermedades mialgicas, síndromes rarísimos, etc. Y lo que queda claro es que soy demasiado joven a mis 39 años para saber que tengo, y cada año me repiten las mismas pruebas a las espera de que cuando sea mas viejita, de la cara en los análisis que es (pero tres hipótesis están siempre abiertas: esclerosis, enfermedad mitocondrial o fibromialgia). Reconocen que tengo intolerancia al esfuerzo, fatiga crónica y la musculatura infradesarrollada, pero me dicen "hay que esperar, esto es lento", y mientras, ¿qué hago yo no pudiendo realizar una vida normal?, sin tener disponibilidad física porque mis niveles de energía son cada día diferentes, al igual que mi cuerpo funciona diferente cada día, ¿me quedo parada a la espera de que la ciencia avance y de con la clave de como averiguar que tenemos las personas que padecemos "enfermedades invisibles"? La recomendación de todos los médicos, incluidos los neurólogos ha sido que haga ejercicio aeróbico moderado, todos los días, incluso si me siento muy cansada, porque sino, nunca dejaré de estar cansada. 

Durante todos estos años mi respuesta ha sido hacer yoga. En la búsqueda de la posible curación, de la recuperación de la movilidad, la fuerza, la energía y el equilibrio, el ejercicio ha sido una clave importante, y aunque también hago caminatas, y hay días que hago otro tipo de ejercicios usando mancuernas, haciendo sentadillas y flexiones en la pared, casi la mayoría de los días hago yoga. 

A lo largo de los años he ganado una movilidad asombrosa, he conseguido una flexibilidad enorme, y conseguido tener un poquitín mas de energía, fuerza y equilibrio. En mi caso me resulta muy difícil recuperar esas últimas tres cosas, es un poco como nadar contracorriente, o empujar contra algo inexorable que viene, pero sin embargo, creo que todos los esfuerzos suman, y me han ayudado mucho a tener calidad de vida. 

La cantidad de tipos de yoga que existen actualmente puede ayudar a flexibilizar la práctica de yoga a las personas que tienen distintos niveles de energía cada día, especialmente recomiendo el Vinyasa yoga, practicándolo con calma y haciendo todas las pautas que se necesiten para descansar, y rotando cada día con sesiones que trabajen distintas partes del cuerpo o distintas cualidades como la fuerza, la flexibilidad, backbending, equilibrio, etc. Sin embargo, hay momentos en que los niveles energéticos son bajísimos y recomiendo más hacer Hatha yoga, que aunque no es aeróbico, por lo menos nos ayuda a seguir trabajando aunque sea de una forma más pasiva. Y para esos momentos en que el cansancio es extremo, tenemos el Yin yoga, dónde se trabaja manteniendo posturas, casi todas de suelo, sin moverse por lo general de 1 minuto a 3 minutos. Lo que no recomiendo ni mucho menos es el yoga restaurativo ni el yoga en silla, porque entonces nos acomodaríamos, cómo muchas personas se acomodan al sofá o a la cama. En nuestro caso se recomienda ejercicio aeróbico moderado, y el Vinyasa yoga suave, conocido también como Slow Flow, es en mi opinión lo mas recomendable, ya que nosotros podemos hacer prácticamente todas las posturas normales, tanto de pie como de suelo, con las que inician todos los demás, solo que necesitamos más tiempo para ganar fuerza y equilibrio simplemente para hacer un guerrero I o II y otras posturas. (Me siento muy profesora recomendándoos tipos de yoga, y agradezco a los profesores que he tenido en las formaciones por poder haber aprendido tantas cosas que me han ayudado a explorar el yoga desde el punto de vista de la fatiga crónica.)

Llevando esto a cabo me encuentro en un momento en que fisicamente he recuperado peso y una imagen normal, hasta el punto de que realmente en mí se ha hecho "invisible" lo que tengo, y algunas personas no pueden entender cuando les explico como funciona mi energía o mi cuerpo, o que no puedo hacer cosas que ellos hacen cotidianamente. Y casi parece que intenten empujarme a tener una vida y trabajo "normal", cuando yo no soy "normal" (cómo muchos de los que me leéis), y eso no es necesariamente malo (de hecho lo de no ser normal me lo enseñó un neurólogo). El mundo no está adaptado a nosotros, pero nosotros podemos adaptarnos a ganar dinero y a vivir de otra manera, quizá porque somos nosotros los que tenemos que abrir camino, porque nadie lo va a hacer por nosotros.

Las personas que han visto como decaía y me ponía "malita", si que parecen entenderme a fondo, y veo como sus caras se iluminan cuando me ven por la calle o en las fotos, y ven que he puesto peso, o que tengo buen aspecto, buena cara. Y casi siento que ellos me han acompañado, porque había personas que incluso sabían que me pasaba algo y que yo no estaba normal antes de que yo me diera cuenta. Siento mucho apoyo de estas personas porque me dejan muchos comentarios de apoyo, y siento que para ellos no es algo invisible, porque han visto mi progresión. Pero con las personas que te conocen hoy, y no lo han visto, es muy difícil de explicar y que lo entiendan.

Una de las razones por las que recibo comentarios de apoyo es porque dos años después de comenzar a hacer yoga, decidí enseñar mi camino en redes, siempre pienso que una imagen vale más que mil palabras, y enseño que hago yoga, porque es la mejor manera de mostrar que hay opciones si queremos mejorar nuestra calidad de vida desde el punto de vista físico, mental y emocional. Por eso también escribo estas entradas, que no están exentas de cotilleo y de personas que vienen a leerlo todo y compartirlo para luego hablar de ello, ya que hay personas enemigas de las enfermedades invisibles, pero también hay personas que las padecen y que se dedican básicamente a decir que ellos son las únicas que las padecen (y eso no ayuda a los demás.) Pero volviendo al tema, hay algo que no se ve en las fotos de Instagram, y es el esfuerzo, para lograr algunas posturas tengo que hacer muchísimo esfuerzo. Por ejemplo, me encuentro en el camino de la construcción de Eka pada koundinyasana, y cuando estoy haciendo chaturanga con una rodilla sobre un codo, eso es casi imposible para mí, llevo como dos años practicando eso, y no gano fuerza ni consigo nada con las claves que dan los profesores, pero claro, tengo otro tipo de necesidades físicas o energéticas. En la foto no se ve el esfuerzo, ni el cansancio, o si te caes a plomo porque no puedes mantener la postura, aunque tampoco se ve la sonrisa o como levantas los puños victoriosa cuando consigues hacer algo que llevas persiguiendo un año o dos. En las fotos pareces fuerte y sana, pareces llena de energía, cuando no la tienes en realidad, y ahí es cuando pienso en eso que dicen algunos de que "lo que pasa en las redes sociales no es real", no se ve todo en ese momento de la instantánea, sin embargo, me sigue ayudando a difundir la práctica del yoga.

También tengo unas palabras para las personas que cuando ven mis fotos piensan "pero tú no eres como yo, yo no podría hacer eso", amiga, yo tampoco podía hacer estas cosas, he luchado por ello, no tenía fuerza ni para barrer un metro cuadrado de la casa (y algunos días sigo sin tenerla), pero tienes que perseverar, hay que cambiar el chip, nada se consigue pensando "yo no puedo", ni tampoco practicando un día y no más. Si he llegado a hacer todo esto, es porque llevo casi 6 años haciéndolo, sin embargo no llego a hacer multitud de cosas que hacen compañeras de formación y profes que he tenido o que sigo. Pero estoy feliz y orgullosa, he luchado por todo lo que he conseguido.

La conclusión de esta entrada, finalmente bastante personal, es que si padeces algún tipo de enfermedad de este tipo, el yoga te puede ayudar, aunque no está exento de lucha y esfuerzo. Sé que hoy en día se ha enfocado más en embarazadas, ancianos, y otros colectivos a los que no llegaba el yoga, y nosotros estamos un poco olvidados, pero somos muchos, y el yoga es una herramienta valiosa que puede ayudar a ganar calidad de vida. Así que no dejo de animaros a comenzar vuestra práctica de yoda.

Es un texto original de Isabel Galiot, todos los derechos reservados.


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