Ayer una persona muy, muy cercana a mi me preguntaba como hago para practicar con tanta asiduidad y no dejarlo, y sobre todo como me centro en algo sin dejarlo, en este caso en el yoga, que es en lo que estoy más enfocada en este momento en mi vida. Y he estado reflexionando mucho y os dejo en esta entrada mis apreciaciones y mis consejos para conseguir una práctica regular y crear ese hábito.
Creo que muchas personas que se acercan al Yoga, y comienzan una practica diaria, incluso de por vida, se han acercado al Yoga porque tenían una razón profunda y de peso. Cuando escuchamos la historia de las yogitubers (me acabo de inventar un palabro) que vemos, o la historia de grandes maestros del yoga en documentales o escrita en libros, u otras personas nos cuentan como se acercaron, vemos que la gran mayoría llegaron a esta práctica porque o bien pasaron por un trance muy gordo y tenían la necesidad de dejar algo atrás, todo el peso que habían vivido, un trauma, una vida que ya no les servia o no les gustaba, o bien eran personas que necesitaban el Yoga para curarse de algo que les incapacitaba. Estas personas, todas, se quedan en el Yoga de por vida, así lo vemos siempre. Supongo que mi caso es este, porque desde pequeñita he sido físicamente frágil (ya me lo dice mi querida amiga Lydia, que lo más probable es que solo soy frágil físicamente [un beso Lydia]), y desde pequeña me obsesioné con ser fuerte y estar sana como los demás, y llegada mi edad adulta tuve un trance gordo con mi salud, y tuve que cambiar mi vida entera, y el Yoga y la meditación son los que me ha ayudadaron a estar más fuerte y saludable, y a olvidarme de todo, a entender de manera profunda y trascendental por qué pasamos por ciertas cosas en la vida, y que todo, TODO, ocurre por algo y tiene un sentido, incluso a entender que no todos nosotros no tenemos que hacer las mismas cosas, porque no somos iguales
También pienso que tienes que tener algo por lo que luchar, o un objetivo a cumplir, yo personalmente soy un tanto competitiva, y en cierto modo mi objetivo personal es siempre ser la mejor en lo que hago, no porque quiera superar a los demás, sino porque quiero ser totalmente experta. Si no tienes la necesidad de ser la mejor, o de ser experta, fíjate otro objetivo. Yo por ejemplo estoy pasando del Hatha yoga al Vinyasa flow yoga, y es un objetivo GRANDE, primero porque el vinyasa, sea Ashtanga Vinyasa, o sea Vinyasa flow, es mucho más duro que el Hatha, y segundo, porque tengo fatiga crónica, entonces, es un reto grande porque tengo que entender muy bien como funciona mi cuerpo para no desgastarme y abandonar. Luego, ya tengo un objetivo por el que luchar, y continuar cada día.
Por otra parte, vivimos en un mundo tan acelerado, con tantas posibilidades, tan comercial, donde podemos aprender y practicar absolutamente todo lo que queramos, que las personas que somos creativas y un poco hiperactivas, ¿cómo podemos centrarnos en algo concreto?, yo solo encuentro una respuesta, y es trabajar cíclicamente en lo que nos inspire en ese momento, la afición o el objetivo que más te apasione en ese momento es a la que te debes dedicar. Por otra parte, intentar tener rutinas también puede ayudarnos, pero debemos adelantarnos a los acontecimientos, si vas a dedicarte a algo concreto, anticípate a los cambios, haz planes, tienes que tener un lugar concreto donde vas a realizar ese "algo", porque sino, cuando cambie el clima, si llega el frío o el calor o las lluvias, cuando los que viven en casa tengan vacaciones, cuando no puedas estar sola, lo dejarás. Tener un espacio con todo lo que te haga falta para poder practicar tanto si hace frío como si hace calor, con todo lo que puedas necesitar, te puede ayudar.
Pero también debo decir que cada uno de nosotros somos distintos, algunos nos empecinamos y otros fluyen. Esto son solo algunos consejos que puedo dar, pero debemos conocernos bien a nosotros mismos, para entender cómo podemos crear una practica continua que permanezca en nuestras vidas.
Espero que esta entrada os haya podido ayudar.
Es un texto original de Isabel Galiot, todos los derechos reservados.
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